si alguna vez me olvidas -y lo harás,
porque la memoria del amante no es eterna-
piensa que la carne no es la única que llora,
ni la única que olvida el tacto interior de un beso,
ni la única que se marchita en el oscuro silencio
de la desmemoria.
piensa que al amor también le duelen las tinieblas del azar.
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